Tal fue el caso de Juan Rangel, un estafador de California que fue sentenciado recientemente a 22 años en prisión por realizar una estafa “Ponzi” con la que obtuvo al menos $30 millones de más de 500 víctimas. Su estafa se extendía también a una operación de fraude hipotecario dirigida a los propietarios de vivienda que tenían dificultades para pagar su hipoteca.
El caso fue investigado por el FBI y otras agencias federales, incluyendo la división de investigación criminal del Servicio de Impuestos Internos.
Los daños ocasionados por Rangel, un hombre de nacionalidad mexicana, fueron ocasionados en su mayoría a víctimas hispanoparlantes de clase trabajadora que vivían en Los Ángeles. Aunque este fraude se realizó en California, es un ejemplo del tipo de estafas que pueden ocurrir en cualquier parte de los Estados Unidos.
Las víctimas de Rangel incluyeron a una persona que invirtió el dinero que recibió después de que su hijo, un soldado estadounidense, muriera en Irak.
La estafa ‘Ponzi’
Una estafa “ponzi” es una operación de inversión fraudulenta que paga a inversionistas con dinero de otros inversionistas.
La investigación del FBI descubrió que la compañía de Rangel, Financial Plus Investments, no contaba con una licencia de la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos. Aún así ofrecía inversiones con rendimientos garantizados de hasta el 60 por ciento anualmente.
Rangel reclutó inversionistas en Los Ángeles a través de periódicos y revistas en español, anuncios de radio, infomerciales de televisión y seminarios de inversiones.
A los inversionistas les prometía ganancias relacionadas con bienes raíces. Les decía que el dinero sería utilizado para comprar, renovar y vender propiedades, así como para realizar préstamos con altas tasas de interés a los propietarios de vivienda que enfrentaban una ejecución hipotecaria. Lo que no sabían es que Rangel utilizaba el dinero para pagar a inversionistas anteriores y financiar una mansión de $2.5 millones y un carro deportivo de lujo.
La estafa de Rangel inició alrededor de noviembre de 2007. Comenzó a desmoronarse cuando dejó de tener suficientes inversionistas nuevos para pagar a los anteriores. Financial Plus cerró sus puertas en julio de 2008.
La estafa de fraude hipotecario
Rangel y el vicepresidente de Financial Plus, que también fue acusado por su participación en esta estafa, identificaron propietarios de vivienda que tenían deudas hipotecarias pero cuyas propiedades aún tenían un alto capital del valor de la vivienda. Se les indicó a los empleados hispanoparlantes de Financial Plus que realizaran visitas no solicitadas a los propietarios de vivienda identificados que tuvieran apellidos latinos.
Rangel y su vicepresidente se reunían después con los propietarios de vivienda que buscaban evitar la ejecución hipotecaria. A algunos propietarios de vivienda se les indicaba que Financial Plus refinanciaría sus propiedades a través de un nuevo prestamista utilizando un aval con buen crédito. A otros se les decía que Financial Plus tramitaría la venta temporal de las propiedades, que el título sería transferido pero que aún podrían vivir en su hogar, y que se les devolvería el título en alrededor de un año.
Invariablemente, en ambos casos, los propietarios de vivienda terminaron con las manos vacías.
Rangel fue acusado formalmente en octubre de 2010 pero ya estaba bajo custodia federal luego de ser condenado en el 2009 por sobornar a un gerente de un banco para que falsificara documentos bancarios que apoyaban su estafa de fraude hipotecario.