18 de octubre, 2016

FBI Investiga Red de Explotación Laboral que Traficaba Migrantes

Chickens behind fence with egg rack in foreground.

Con la promesa de llevarlos a una mejor educación y un mejor nivel de vida, Aroldo Castillo-Serrano se llevaba a niños de su comunidad en Guatemala y los traía a los Estados Unidos a trabajar forzadamente y a vivir en condiciones deplorables.

Castillo-Serrano logró que muchos padres de familia le entregaran a sus hijos; pero en lugar de cumplir con su palabra, los menores y adultos eran llevados a Ohio a trabajar por largas jornadas en granjas avícolas.

El esquema de Castillo-Serrano:

  • Los padres de los menores le cedían escrituras de sus propiedades en pago por los $15,000 dólares que les cobraba por la promesa de una mejor educación y trabajo bien remunerado para sus hijos.

  • Con la ayuda de cómplices traficaba a las víctimas por la frontera hacia los Estados Unidos.

  • Una vez en el país, las víctimas eran forzadas a vivir en un parque de casas móviles en una zona aislada.

  • Las víctimas eran amenazadas físicamente para ser forzadas a trabajar en granjas avícolas por jornadas de hasta 12 horas.

“Creemos que el esquema funcionaba desde el 2011” dijo el agente especial Matthew Komar, investigador que participó en el caso en la oficina en Cleveland del FBI, quien indicó que el menor de las víctimas de tráfico humano tenía 14 años de edad.  

La investigación

A finales de 2014, una llamada de la línea de tráfico humano llegó hasta el FBI a través de la oficina del Fiscal de los EE.UU. en el distrito noreste en Ohio y detonó una investigación. Luego de vigilar el parque de casas móviles, las autoridades obtuvieron causa probable para registrar 16 viviendas.

Cuando los cateos se llevaron a cabo por autoridades locales y migratorias, en diciembre de 2014, se aseguró temporalmente a casi 60 personas. “Las casas móviles estaban en muy malas condiciones”, dijo Komar. “Algunas tenían agua, otras no. Unas no tenían calefacción. Unas no tenían baño. Unas tenían agujeros en el piso. Deterioradas sería un término generoso para describirlas”.

Cuando los cruzaron por la frontera, dijo Komar, “a las víctimas jóvenes se les prometió que irían a la escuela; eso nunca pasó. Los pusieron a trabajar de inmediato”.

Por la mañana, las víctimas eran recogidas por un jefe de cuadrilla quien los llevaba a las granjas a trabajar físicamente por turnos desgastadores de 12 horas que incluían limpiar los gallineros, cargar y descargar las cajas para pollos y despicar a los animales.

“Cuando les pagaban, las víctimas le daban su cheque a Castillo-Serrano o a sus socios y recibían a cambio unos $50 dólares. Cuando los jóvenes se quejaban se les amenazaba físicamente y sus familias en Guatemala recibían amenazas si ellos no trabajaban”, dijo Komar.

Eventualmente, los investigadores identificaron a 10 víctimas que denunciaron a Castillo-Serrano, de los cuales 8 eran menores de edad y 2 adultos. También fue identificada Ana Angélica Pedro-Juan como cómplice del esquema, quien falsamente se presentó ante los oficiales como amiga de la familia de las víctimas menores, quien se encargaría de ellos si eran descubiertos en la frontera. Ella también supervisaba las casas móviles en las que vivían las víctimas.

Las sentencias

En el 2015 Castillo-Serrano se declaró culpable de los cargos por trabajo forzado y por albergar extranjeros. Pedro-Juan se declaró culpable por conspiración para cometer trabajo forzado. Posteriormente Castillo-Serrano, de 33 años de edad, fue sentenciado a más de 15 años en prisión y Pedro-Juan, de 22 años de edad, recibió una condena de 10 años. También fueron ordenados a pagar más de $67,000 dólares en restitución a las víctimas. La mayoría de las escrituras de propiedades fueron devueltas a las familias de las víctimas y otros cuatro acusados recibieron condenas de prisión.

“Este es un caso que sigue”, dijo Komar. “Creemos que todavía están libres otras personas que fueron cómplices de este esquema”, añadió. “Cuando la gente piensa en tráfico humano, usualmente piensan en tráfico sexual. Pero el trabajo forzado es real y ver el daño que puede causar te abre los ojos”.

Cómo contactar al FBI

Si tienes información sobre redes de trabajo forzado o de tráfico de migrantes, llama sin costo a la línea del FBI: 1-800-CALL-FBI (1-800-225-5324). También puedes contactar al FBI a través de sus oficinas locales o en la embajada o consulado de Estados Unidos más cercano.


Nota: La versión en inglés fue publicada originalmente el 14 de septiembre de 2016.