El pasado mes de junio se cumplió el tercer aniversario de la Célula de Recuperación de Rehenes, un equipo de múltiples agencias basado en la sede central del FBI que representa la unión del gobierno para recuperar rehenes estadounidenses en el extranjero, y su compromiso de apoyar a las familias cuyos seres queridos aún se encuentran secuestrados.

Desde que la Casa Blanca estableció al equipo el 24 de junio de 2015 --junto con cargos como un enviado especial presidencial para asuntos de rehenes y un coordinador de participación familiar-- el gobierno de los EE.UU. ha tratado de "hablar con una sola voz" sobre asuntos de rehenes, dijo el agente especial del FBI Robert Saale, director del equipo. "Ese esfuerzo ha sido extremadamente beneficioso."

En los últimos tres años, se han recuperado más de 180 ciudadanos estadounidenses, secuestrados por grupos criminales o retenidos por organizaciones terroristas extranjeras. Los miembros de la familia, que a menudo soportan meses y a veces años de angustia e incertidumbre con respecto al destino de un ser querido secuestrado, ahora son un punto de enfoque del equipo.

"No pasa una semana sin el secuestro de un ciudadano estadounidense en el extranjero", dijo Saale. La mayoría son llevados a cabo por grupos delictivos para cobrar rescate y se resuelven rápidamente. Pero los grupos terroristas que tienen ciudadanos estadounidenses pueden tardar años en resolver la situación, y los esfuerzos para recuperar individuos que han estado secuestrados durante largos períodos nunca paran.

El equipo está compuesto por casi 50 personas del FBI, el Departamento de Defensa de EE.UU., El Departamento de Estado de EE.UU. y otras agencias cuyo trabajo de tiempo completo y enfoque único es llevar a los rehenes a casa de forma segura y compartir información con sus familias. Una parte fundamental de ese esfuerzo es el Equipo de Participación Familiar, que fue establecido al mismo tiempo que la Célula de Recuperación de Rehenes.

"Lo que escuchábamos de las familias antes del 2015 era que la respuesta del gobierno parecía descoordinada y el apoyo a las familias era inconsistente", dijo Kathryn Turman, quien dirige la División de Servicios para Víctimas del FBI y miembro del equipo de revisión de políticas de la Casa Blanca que abogó por nuevos procedimientos.

"Las familias a menudo tenían que pasar por el proceso por sí mismas y no estaban satisfechas con la cantidad de información que compartían los funcionarios", dijo. "A veces solo podían obtener información de terceros y no de su propio gobierno".

"Hoy en día, tenemos relaciones transparentes con las familias en cuanto a la información que se comparte con ellas y podemos participar en un diálogo recíproco”, dijo Saale. "Hubo un cambio de 180 grados en la forma en que se trata a las familias, y estamos recibiendo comentarios muy positivos".

"Al final del día", agregó Turman, "las familias tienen que vivir con las consecuencias de nuestras acciones, así que tenemos que darles un asiento en primera fila de lo que está haciendo el gobierno de los EE.UU. para llevar a su ser querido a casa. Es muy importante para ellos saber que han sido parte del proceso y ver que hay personas que vienen a trabajar todos los días con la misión exclusiva de recuperar a su ser querido".

A medida que el equipo evoluciona, está expandiendo sus esfuerzos para ser más proactivo en la prevención de rehenes. Eso incluye informar y apoyar a grupos que a menudo viajan al extranjero a regiones peligrosas, como instituciones religiosas, organizaciones no gubernamentales y periodistas. "Les hablamos sobre cómo evitar ser tomados como rehenes, las áreas que deben evitarse y, si algo sucede, a quién contactar", dijo Saale.

Otro esfuerzo proactivo es identificar e interrumpir las redes de secuestradores. Algunos grupos terroristas "obtienen el 100 por ciento de sus ingresos a través de pagos de rescate", explicó Saale. "Es en el mejor interés de todos perseguir a estos terroristas y negarles una fuente de financiación".

Cuando la Célula de Recuperación de Rehenes se instaló hace tres años, los funcionarios hablaron sobre un "enfoque de un gobierno integral", dijo Saale. "Ahora somos más inclusivos. Estamos dispuestos a hablar y trabajar con cualquier persona, siempre que sea ético y legal, para ayudar a que nuestra gente vuelva a casa. Hoy en día, hablamos de un enfoque de una sociedad en conjunto".