26 de mayo de 2017

El FBI Captura Ladrones que Robaron $60 Millones en Productos Farmacéuticos

Stock image depicting pallets being loaded onto a tractor-trailer in a warehouse.

Durante una poderosa tormenta un sábado por la noche en la costa este, un grupo de ladrones robaba un almacén aislado en Connecticut. Antes de que amaneciera, los delincuentes se habían escapado con $60 millones de dólares en productos farmacéuticos, el robó más grande del estado.

El almacén estaba situado en la pequeña ciudad de Enfield, a 20 millas al norte de Hartford y pocas personas sabían que existía. El grupo de criminales especializados en el robo de carga sabían exactamente la locación. 

"Nunca te hubieras imaginado que allí estaba un almacén con millones de dólares de productos farmacéuticos", dijo el agente especial Damian Platosh, supervisor de la investigación del robo de la división de New Haven del FBI.

Conocidos como la Mafia Cubana, los ladrones eran expertos en su oficio y tenían como objetivo a almacenes que contenían drogas, cigarrillos, y celulares entre otros productos electrónicos. Los ladrones sabían cómo vigilar y cómo desarmar sistemas de alarmas y eran expertos en cargar y trasladar cargas.

El robo ocurrió la noche del 13 de marzo de 2010. Uno de los ladrones había escondido una escalera en el estacionamiento trasero del almacén. Unas horas más tarde, después de revisar que no hubiera guardias de seguridad, estacionaron un tráiler afuera del almacén y dos de los ladrones llevaron la escalera al edificio. Luego se subieron al techo y cortaron un agujero y usando sogas, se metieron dentro del edificio y desactivaron el sistema de alarma.

"Ellos sabían exactamente cómo se instalaba este tipo de sistema de alarma", dijo Platosh. Cualquiera que estuviera supervisando el sistema remotamente hubiese pensado que la tormenta había cortado la electricidad.

Después del robo, los empleados del almacén llegaron a encontrar la escalera, algunas herramientas, el agujero en el techo, y el sistema de alarma sonando como si necesitara una batería nueva. También descubrieron que faltaban 40 palés de productos farmacéuticos, incluyendo cajas de medicamentos muy populares, como Cymbalta y Prozac.

"Se llevaron lo mejor de lo mejor", dijo Platosh, "y la cantidad exacta de palés que entraría dentro del tráiler. Sabían exactamente lo que estaban haciendo.”

A medida que la noticia del robo se empezó a difundir por los medios de comunicación, una llamada anónima a la policía les dijo que las personas involucradas tenían nombres cubanos, y que a uno de los ladrones le decían “El Gato”.

"Nos comunicamos con nuestros colegas del FBI que sabían mucho sobre los robos de carga y la Mafia Cubana", dijo Platosh.

Algunos de los agentes del FBI en Miami que se especializan en robos de carga, sugirieron que, aparte del tráiler, los ladrones habrían usado un auto “de escapada”. También era probable que los delincuentes viajaron hacia el sur y que después de 300 millas iban a tener que parar para descansar.

"Con esa información empezamos a hacer una investigación lógica", dijo Platosh. “Teníamos que empezar con las cosas básicas.  Encontrar el punto correcto en el mapa, revisar los hoteles, los sitios donde pudieron haber alquilado un auto, revisar las reservas de boletos aéreos, y analizar la data de las torres de celulares.”

Mientras tanto, las herramientas usadas en el robo, como una cuchilla, unos guantes y otras cosas estaban siendo examinadas. "Nuestros agentes fueron capaces de determinar que las herramientas que se dejaron en el almacén fueron compradas la noche anterior en una ferretería de Flushing Meadows, Nueva York", dijó Platosh.

El FBI y unos analistas capacitados en el análisis de datos de transacciones electrónicas localizaron el coche y de donde lo podrían haber alquilado. Pero, una botella de agua que uno de los criminales dejó en el almacén les dio información muy importante sobre el caso. El ADN en la botella era de un individuo cubano que vivía en Florida y que tenía un historial criminal de robos de carga. Todo lo cual ayudó a identificar a Amaury Villa, Villa Amed, Yosmany Núñez, y Alejandro Márquez como los cuatro sospechosos involucrados en el robo.

Después del robo en Connecticut, los sujetos se separaron. Se volvieron a reunir en Florida, donde transfirieron las drogas a otros almacenes en el área de Miami.

"Pensamos que podrían pasar unos seis meses o más antes de que los ladrones trataran de vender las drogas", dijo Platosh, "así que utilizamos ese tiempo para vincular a los sujetos a otros casos abiertos de robo de carga.”

Y así fue. En octubre de 2011, las autoridades allanaron el almacén recuperando los medicamentos robados de Enfield. Amed Villa y sus cómplices fueron acusados ​​de ese crimen, así como de otros robos, entre ellos:

  • $13.3 millones de dólares en productos farmacéuticos del almacén GlaxoSmithKline en Virginia en el 2009;

  • Más de $8 millones en cigarrillos y un remolque de carga de un almacén de Illinois en 2010;

  • Aproximadamente $7.8 millones en teléfonos celulares y tabletas de un almacén de Florida en 2011;

  • Más de $1.5 millones en cigarrillos de un almacén de Kentucky.

Los mismos métodos de entrada fueron usados por Amed Villa y el resto del grupo y el ADN de Villa fue identificado en artículos descartados durante los robos en Connecticut, Illinois, Florida, y Virginia.

En diciembre de 2016, Amed Villa se declaró culpable de varios cargos de robo y fue condenado a siete años en prisión federal. Sus tres cómplices también se declararon culpables de los cargos derivados del robo del almacén Eli Lilly y están en prisión.

Aunque la investigación comenzó en Connecticut, el FBI y el personal encargado de hacer cumplir la ley, trabajaron en colaboración en todo el país para resolver el caso. Platosh lo llamó "un gran esfuerzo de equipo".

"Estos delincuentes cometieron una serie de robos que llegaron a un total de $100 millones de dólares", dijo Platosh, "pero al final fueron llevados ante la justicia".

Cómo contactar al FBI

Si tienes información sobre robos de carga, llama sin costo a la línea del FBI: 1-800-CALL-FBI (1-800-225-5324). También puedes contactar al FBI a través de sus oficinas locales o en la embajada o consulado de Estados Unidos más cercano.


Nota: La versión en inglés fue publicada originalmente el 10 de abril de 2017.